Adiós al vibrato de Bee Gees.
Robin Gibb (CBE) falleció el día de 20 mayo de 2012 en una clínica londinense a causa de un fallo renal. El músico llevaba ingresado varias semanas a causa un tratamiento que seguía contra el cáncer de colon que estaba en franca remisión. Duarante esta hospitalización, contrajo neumonía, que le llevó a estar más de una semana en coma, del cual y gracias a la música, despertó (los médicos no daban crédito a lo ocurrido). Cuando todo indicaba una pronta salida del hospital, el maldito riñón de Robin dejó de funcionar llevándose consigo una de las voces más finas y profundas que ha dado la historia del pop.
Robin será enterrado, en un funeral privado, en el condado inglés de Oxfordshire donde tenía fijada su residencia, cerca de la localidad de Thame.
Para septiembre de 2012 está previsto un memorial en la catedral de San Pablo de Londres, Robin tiene concedido este derecho al ser Comandante del Imperio Británico. Este memorial según los medios británicos va a ser uno de los más grandes, tan sólo superado por el de John Lennon. Robin era una persona muy apreciada en la sociedad anglosajona debido a sus innumerables obras de caridad, muy respetado por la industria musical y querido por los colegas de profesión.
Su muerte le privó de ser nombrado Sir ya que este reconocimiento otorgado por la Corona británica, no se otorga a personas fallecidas. Filtraciones provenientes del propio Gobierno Británico indicaban que Robin hubiese sido nombrado Sir a finales de 2012.
Aparte de su música, Robin nos deja una capacidad de lucha fuera de lugar, luchar hasta el último segundo de aliento, ya que incluso en este último segundo, también es posible alcanzar logros.
Gracias amigo.
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